El Real Madrid arrancó el partido con fuerza, mostrando un dominio aplastante que pronto se tradujo en el primer gol de la temporada. Una obra maestra colectiva, creada por la conexión de los cuatro galácticos y culminada con un potente disparo de Rodrygo. Sin embargo, lo que parecía un camino allanado comenzó a complicarse, y la tensión en el campo se hizo palpable. A pesar de liderar el encuentro, el Madrid se vio amenazado por las constantes llegadas del Mallorca, especialmente a través de Muriqi, quien estuvo cerca de empatar en varias ocasiones.
El segundo tiempo inició con los blancos retomando el control del balón, pero las advertencias del primer tiempo se materializaron rápidamente. En su primera oportunidad clara, Muriqi no perdonó, y con un cabezazo letal, puso el empate en el marcador, devolviendo la igualdad al partido.
El Madrid no bajó los brazos y casi recupera la ventaja tras una espectacular carrera de Mbappé. Sin embargo, el rechace del portero dejó a Rodrygo con una oportunidad de oro que, increíblemente, no logró convertir, fallando a puerta vacía. A pesar de la insistencia y la presión constante sobre la portería mallorquina, los de Ancelotti no lograban romper el empate.
Mientras el Madrid seguía atacando, el Mallorca no se quedó atrás y aprovechó cada contragolpe para sembrar incertidumbre en la defensa merengue. Con cada avance de los locales, en un partido que, aunque prometía ser sencillo, terminó por convertirse en una batalla por la victoria.
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