Cada verano, el FC Barcelona se enfrenta a un desafío recurrente: la lucha por equilibrar las cuentas para poder fichar. A solo 15 días del cierre del mercado, el club sigue sin resolver todos los problemas necesarios para inscribir a sus nuevos jugadores. Deco, el director deportivo, trabaja incansablemente para liberar masa salarial, un esfuerzo que va rindiendo frutos lentamente, pero que aún no es suficiente para que el Barça pueda cumplir con la regla 1:1, crucial para incorporar nuevas caras al equipo.
La situación es compleja. A pesar de las salidas de Oriol Romeu y Julián Araujo, el Barcelona sigue atascado. Para desbloquear la situación, es imprescindible que jugadores con sueldos elevados, como Clement Lenglet, abandonen la plantilla. Lenglet no solo representa un alto salario, sino también una amortización pendiente de 4,5 millones de euros. Su partida sería un alivio financiero significativo, pero por ahora, su salida parece lejana, lo que deja al club en una posición crítica para cumplir con la normativa.
A esto se suman las preocupaciones económicas. Recientemente, el Barcelona anunció un acuerdo con la empresa Aramark, que aportaría 40 millones de euros mediante la venta de un porcentaje de Barça One. Sin embargo, la directiva aún no ha confirmado oficialmente esta cifra, lo que ha suscitado dudas entre algunos sectores. Además, el club aún necesita conseguir otros 20 millones para cumplir con un pago que debía realizarse en junio, lo que pone aún más presión sobre las arcas del club y dificulta la inscripción de los nuevos fichajes.
A medida que el tiempo se agota, las inscripciones de Dani Olmo, Pau Víctor y Íñigo Martínez siguen en el aire. Este último, a pesar de llevar un año en el club, se encuentra en una situación similar a la del año pasado, cuando fue inscrito en el último minuto. Si la situación no cambia, estos jugadores podrían perderse el partido del sábado contra el Valencia, lo que dejaría al Barcelona en una posición aún más comprometida.
El Barça tiene mucho en juego en las próximas dos semanas, y cada día cuenta para evitar un desenlace que podría afectar seriamente su temporada.
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